domingo, 26 de abril de 2009

CAPÍTULO 20

Aquella tarde Alberto había terminado más pronto. Estaba además muy animado, pues había sabido las notas y, hasta ese momento, eran excelentes. Pero últimamente estaba un tanto preocupado pues llevaba unos días sin conectarse con Ana. Estaba ocupada y no chateaba con él.

Las horas pasaban lentamente mientras esperaba a que Ana se conectase. Abrió el correo electrónico y vio que tenía un mensaje de ella. Tal vez se trataría de alguna foto. Tenía un montón de fotos suyas.

El semblante del muchacho cambió por completo. Jamás, en sus peores pesadillas, hubiese soñado con un mensaje como ese.

Cariño. Llevo varios días tratando de encontrar la manera de decirte algo. Pero no quiero alargarlo por más tiempo.

Yo te quiero mucho y, por nada del mundo, deseo hacerte daño. Pero esta distancia que nos separa ha acabado por separar también nuestro amor.

Compréndelo, soy una mujer joven que tiene toda una vida por delante. No puedo pasarme la vida encerrada en casa, hablándole a una pantalla.

He conocido a un chico muy agradable y atento conmigo. Y poco a poco está haciéndome olvidar mi amor por ti. Por lo que tengo que dejarte ahora, antes de que te hagas aun más ilusiones y sea peor.

Contigo he pasado la mejor época de mi vida y siempre te guardaré un lugar en mi corazón.

Te deseo, de todo corazón, que seas muy feliz y encuentres a una mujer que sepa amarte como te mereces.

Adiós, Alberto. Cuídate mucho.

Ana
.”

No hay comentarios:

Publicar un comentario